Parajes naturales y paisajes

Parajes

El Paisaje de Camporrobles han sido modeladas con tesón y esfuerzo a lo largo de siglos de convivencia entre la tierra y sus gentes. Ganadería, agricultura, monte y llano se alternan creando un mosaico de colores y texturas en el paisaje y los sentidos que evolucionan con cada estación.

Las tierras de Camporrobles varían entre la docilidad de los campos de cultivo y lo agreste de sus sierras. En multitud de parajes alternan campos de cereal, viñedos y almendros marcando con sus cambios de floración y color el paso de las estaciones. Los cerros, surcados por barrancos y vallejos, cubren sus laderas de plantas aromáticas y manchas de carrascas, encinas, pinos y sabinas. Sus cimas están coronadas por riscos y roquedos. Todo ello refugio y alimento de una nutrida fauna salvaje.

Tanto para pasear, correr o hacer rutas en MTB, Camporrobles dispone de una tupida red de caminos y pistas que abarcan casi todo el término. Dentro de esta red de caminos hay algunas rutas que abarcan todos los ambientes que puedes disfrutar en Camporrobles y, por supuesto, están señalizadas.

Paraje Natural Municipal «El Molón»

Coincidiendo con la parte norte de Camporrobles, allí donde los últimos promontorios de la Serranía de Cuenca vierten sus laderas sobre la meseta de Utiel-Requena, encontrarás el Paraje Natural Municipal de «El Molón». El Paraje Natural abarca, con sus casi 200 ha., lo más representativo de la geología y el medio ambiente de Camporrobles: Las muelas y riscos de las cimas meridionales de la Sierra de Mira y sus laderas, multitud de ramblas y vaguadas que desembocan en el mosaico de parcelas de vid, almendro y cereal que componen el corazón del término.

El sabinar de montaña, diferentes especies de pinar y la vegetación propia de los roquedos dan cobijo a una nutrida fauna entres los que, con paciencia y silencio, observarás al lagarto ocelado, la gineta, la garduña, la comadreja, el erizo ibérico, lirón careto, el corzo y el siempre presente jabalí.

El Paraje Natural es un sitio privilegiado para el birdwatching, la observación de aves. El canto del pardillo común, conocido como pardillo del Molón, atraerá tu atención, así como el porte y sobriedad en el vuelo del águila real, el cernícalo y el halcón peregrino. Las horas de obscuridad pertenecen al búho real, la lechuza común, al autillo y el mochuelo europeo. Varias parejas de cuervos anidan entre los riscos de la muela, su negro semblante contrasta con las alegres piruetas y «bailes» que realizan a merced de las corrientes de aire durante la época del cortejo.

Microrreserva de Flora

Acércate al corazón del Paraje Natural de El Molón a través de este paraje de montaña en el que los sabinares dan abrigo a la sima «Pozo de los Moros» donde crece una rara especie de helecho: la Lengua de Ciervo.   

En la ladera norte del Molón encontrarás un interesante paraje en el que sabinares, enebrales y pinos de diversas especies, ocupan las pequeñas terrazas y los espacios situados entre los riscos que coronan la muela de La Gallarda. En su centro una sima conocida como el «Pozo de los Moros» alberga un pequeño tesoro botánico: la Lengua de Ciervo; un tipo de helecho muy poco común que crece gracias a las condiciones de luz y humedad de esta sima excavada por el hombre en tiempo remotos. Sus hojas eran utilizadas en herboristería tradicional para sanar problemas intestinales.

Arboretum o Jardín botánico de «El Molón»

Un sitio cómodo, de fácil acceso y a la sombra de chopos y álamos, junto al merendero de El Molón. No suena más ¿verdad?.
Pues aún mejor si puedes acercarte y aprender de muchas de las especies de árboles que podemos encontrar en nuestra zona mediterránea de interior. Variedad de árboles para que aprendamos a reconocer robles, pinos, acebos, tejos…. cómo, y para qué, fueron utilizados por nosotros hasta hace bien poco.

Un espacio para pasear, aprender y divertiros os espera junto a la zona recreativa de El Molón. De fácil acceso, a través de su camino asfaltado, y aparcamiento, se trata de un pequeño conjunto de terrazas por el que podemos conocer gran parte de las especies vegetales representativas del clima Mediterráneo Continentalizado. Todos los tipos de árboles están agrupados por asociaciones de especies vegetales: Pino Carrasco y Sabinar, Sabinar con pino albar y Bosque de ribera. Una nutrida red de senderos nos acercarán a ellos con toda la información que podamos necesitar en los paneles y señales situados cerca de cada árbol.

La ruta de senderismo PRV-293 «Ruta Íbera» atraviesa este singular espacio de camino hacia la cima de El Molón.

Paisajes

Si disfrutas entre el orden de unos campos bien cuidados no puedes dejar de visitar el dorado de los campos de cereal en verano, los rojos y amarillos intensos de las viñas en otoño, la sobriedad de la naturaleza dormida en invierno y las flores de los almendros en primavera.   
Lomas, vallejos y laderas llevarán a la cima de las sierras más altas. Todas ellas están cruzadas por caminos y sendas que los ganados utilizan para ir de un pasto a otro y buscar refugio anochecer en sus corrales y teñás. Coscojares y aromáticas cubren la tierra salpicados aquí y allá por conjuntos de carrascas, encinas, pinos y muchos de los árboles singulares que aún conserva Camporrobles. Sube, llega a la cima y quédate unos minutos abriendo mucho tus ojos para abarcar todo lo que el paisaje puede dar de sí.

El Pozo Pitos

Muy cerquita de Camporrobles, junto a la carretera de Fuenterrobles, encontrarás este paraje. Antiguo solar cubierto de charcas y lagunillas hoy tiene parte de las mejoras tierras de cultivo del término. Las parcelas forman un tapiz de texturas salpicado por algún álamo solitario y las pequeñas casetas de labranza. Es donde mejor se aprecia el transcurrir de las estaciones y donde un corto paseo se convierte en toda una experiencia.

El Campillo y las Lomas de Barra

El corazón del término. Las lomas de la Sierra de Mira se funden con la llanura que ocupó, hace siglos, la extensa laguna conocida como la «Mar Chica». Esta tierra es hoy la cuna de parte de los mejores vinos de Camporrobles donde los primeros rayos de amancecer y los colores anaranjados de la puesta de sol le dan al paisaje un encanto especial.

Los Dientes del Quijar y Las Hoyas

Pequeña sierrecilla con una gran corona de riscos. La consistencia de la piedra, el viento y la lluvia han dado formas caprichosas a la cima de este conjunto de lomas que parecen, a lo lejos, los dientes de una gigantesca mandíbula, un quijar. Es un muy buen lugar donde observar aves, pues aquí confluyen los oteaderos rocosos, el matorral, el pinar y los campos de cereal de los llanos.

Pinada de la Viña

La parte oeste del término tiene algo especial. La llanura se ondula, de forma muy suave, formando un tupido manto de cuadros tejidos por viñas y cereal. En el centro, un apretado bosquecillo da nombre al lugar. Estas tierras, por su lejanía del pueblo, están salpicadas de rentos y caseríos: la Casa de la Viña, Las Veletas… todo queda enmarcado entre los lindes de las tierras boscosas que rodean el valle del Cabriel.

La Hoya de Contreras

¿Un lugar privilegiado desde el que admirar el valle del río Cabriel? Camporrobles aquí está. La meseta de Utiel-Requena forma bajo tus piés un mirador excepcional desde el que los campos de cultivo caen en picado formando barrancas y vallejos hacia el Cabriel. El verdor de los bosques cubre un terreno abrupto e irregular donde se levantan aún los restos de antiguos caseríos y rentos.