La Loberuela

La aldea de La Loberuela se acuna en una zona de suaves lomas, donde los carrascales de la Serranía y los cultivos se encuentran. Es un rincón para relajarte escuchando el viento entre los almendros y los campos de cereal. La arquitectura es tradicional, sencilla, sobria y de un blanco luminoso. Sus fuentes saciarán tu sed en los días más calurosos y tu única preocupación será la de despejar tu mente y sentir el ritmo del campo en tu interior.

Su nombre es de origen incierto, tal vez fuera lugar donde hace siglos, en la libertad del bosque, criaran los lobos a sus cachorros. Otra posibilidad hace referencia a las primitivas casas-cuevas en las que vivían algunos de nuestros antepasados, tal vez por su pequeño tamaño, con cierta malicia, fueron llamadas así. Los restos de estas cuevas, restauradas, puedes verlas al pié de la loma sobre la que se levanta la actual aldea, junto a la carretera de entrada.
La emigración castigó con fuerza a la aldea, cerró su escuela pero gracias a sus actuales vecinos y a todos los que acuden a descansar conserva toda su personalidad.
Hoy día todas las calles llevan a la Ermita de San José. Este pequeño templo, de planta rectangular y cubierta a dos aguas, tiene toda la elegante sobriedad del resto de construcciones. Su amplia y robusta puerta de entrada y sus ventanas abocinadas armonizan con la calmada decoración de su interior cumpliendo a la perfección su papel, lugar de recogimiento y celebración de su patrón. Sus fiestas mas destacadas son a principios de agosto con comidas de fraternidad y muchas actividades infantiles y lúdicas.